APRENDER IDIOMAS ES APRENDER A VIVIR

Los idiomas nos hacen humanos. Los idiomas son como las ventanas por las que vemos el mundo. No son sólo palabras y gramáticas…, son personas y son formas de mirar la realidad… “Cuantos idiomas hablas, tantas veces eres humano”, dice un proverbio eslovaco.

 

 

Aprender un idioma nos abre la puerta al intercambio, al dar y recibir, a conocer otras formas de pensar, otras reglas; nos obliga a priorizar lo importante y a relativizar lo secundario, eso nos hace menos manipulables y más libres.

 

 

Aprender otro idioma nos hace desarrollar la creatividad, saca nuestras mejores cualidades, nos enseña a simplificar y nos hace ponernos en el lugar del otro. Si además lo hacemos viajando, el aprendizaje es doble. Viajar nos cambia, nos abre la mente, nos hace más humildes, más compresivos, más tolerantes.

 

 

Cuenta una antigua historia que el creador del mundo, al ver que toda la humanidad hablaba una misma lengua y que vivía para el único proyecto de construir una gran torre, decidió confundirla, brindándole las lenguas, para que entendiera que todos tienen algo que aprender y algo que enseñar, que todos son capaces de dar y recibir, que unos necesitan a los otros. Y así fue como los habitantes de la tierra aprendieron que la sociedad ideal no es aquella uniforme donde todos piensan igual, sino la que vive en la armonía que es fruto del diálogo y el respeto por la diversidad.

 

Para comprender hay que mirar a los ojos al otro y lo demás vendrá...